Cuenta la leyenda que el Buda de la Luz Serena fue una creación especial diseñada para iluminar y embellecer cualquier espacio con su presencia serena y radiante. Esta figura de Buda está decorada con cristales brillantes en la cabeza, simbolizando la iluminación y la sabiduría divina que emana de su ser. Su manto, adornado con tela plateada y bañado en escarcha blanca, refleja la pureza y la tranquilidad, recordándonos la importancia de mantener la calma y la paz interior en medio del caos de la vida cotidiana.
El Buda sostiene una vela en sus manos, un símbolo de luz y esperanza. En la antigua tradición budista, la luz de la vela representa la disipación de la oscuridad de la ignorancia y la búsqueda de la verdad y el conocimiento. Este Buda no solo es una pieza decorativa, sino también un faro de guía espiritual y un recordatorio constante de la importancia de la meditación y la introspección.